UN ENSAYO DE HISTORIA UNIENDO LAS DISTINTAS
VERSIONES
La idea de
la capilla surge en 1927 por una promesa realizada por María Teresa, la esposa
de Juan Rivatta (llegado de Italia en 1913), cuando una volanta en la que había
dejado a su hijo José se desplaza sin rumbo por los caballos desbocados cuando
ella se había bajado para abrir la tranquera tras dejar a su marido en la
estación de trenes de General Fotheringham. Se encomendó a la virgen y prometió
levantar un templo en su honor si nada le ocurría a José. Allí se enlaza otra
historia: es la de José que sin querer corta la mano de Oreste, uno de sus
hermanos, con una herramienta de campo y otra vez la “gracia divina” hizo que Oreste
lograra recuperar su mano a pesar del pesimismo de los médicos en ese momento.
El único problema era que no tenía movimiento la muñeca pero sí cada uno de sus
dedos.
La promesa
se ratificó una vez más aunque, según el testimonio de Alberto Rivatta –nieto
de María- quien vivió en Hernando y 25 años atrás le contó la
historia a RH1 y a LA VOZ DEL INTERIOR, se materializaría definitivamente
cuando se produce su propio nacimiento: dicho nacimiento hubiese sido
totalmente normal si no hubiera sido porque en un hecho que los médicos
consideraron al menos extraño, le faltaba su mano izquierda, y a la misma
altura donde su tío José se la había seccionado a Oreste. Era necesario
concretar la promesa realizada y ya en sus nuevas tierras, María decide cumplir
su palabra.
Historias
que son contadas de generación en generación y que con más acento en unas o en otras
no hacen más que dignificar estos sitios verdaderamente sagrados, fruto de la
devoción pero también del esfuerzo y del sacrificio.
PARA LEER LA NOTA PUBLICADA EN LA VOZ DEL INTERIOR (HACE 20 AÑOS) CON LA VERSIÓN DE ALBERTO RIVATTA, HACER CLIC:
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