Cuando educar puede aumentar el riesgo. Tal es el caso de los programas para enseñar a conducir en los colegios secundarios, con facilidades para la obtención de la licencia correspondientes. No sólo se han demostrado ineficaces, para reducir choques, sino que hasta han aumentado la siniestralidad, al incentivar a los jóvenes al motivarlos a conducir en una etapa de inmadurez psicofísica y vulnerabilidad, según estudios estadounidenses. Situación semejante se ha comprobado con los cursos a conductores de “manejo avanzado”, que los entrenan sobre el control del vehículo en maniobras extremas. “Los hombres que recibieron estos entrenamientos tuvieron tasas de accidentes más altas que quienes no lo recibieron, al haberlos inducido a sobreestimar sus habilidades y a tomar riesgos innecesarios”, afirma Alan Williams científico Jefe del Instituto del Seguro para la Seguridad Vial (IIHS) Está demostrado, por la experiencia en los países con la mejor seguridad vial y los más bajos índices de siniestralidad que “el control del cumplimiento de la ley y las sanciones efectivas a los que no la respetan” es uno de los ejes principales, que debe trabajarse conjuntamente con la educación vial, la planificación urbana, ingeniería de tránsito, y la seguridad de los vehículos, para el logro de la disminución de los siniestros de tránsito. |